Los últimos días del verano, a ratos, hemos sido gatxs siameses. nos amigamos con los peces y rasgamos nuestras telas. Hicimos un barquito con velas transparentes y (en)callamos en las rocas. Decidimos no usar leña seca, pues estábamos completamente húmedos. Nos quedamos moliendo avellanas como quien seca las lágrimas o derrite queso y huesos con agua y sangre. Comienza a ser otoño y este magma nos sofoca. hervimos en la licuadora.
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