y
claro
que la quiero.
Cómo no,
si cuando sus patas traseras
levantan el polvo de la feria que se vá,
hay maletines llenos de acrílicos
dentro mío.
AL RECORTAR UNOS PELDAÑOS PERDÍ EL MIEDO DE AMAR CAMINOS, PINCELES, MUSGOS, ANIMALES Y LÁPICES
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